Hoy 24 de julio, Día del Perro Callejero, asistí a una jornada de adopción organizada por los amigos del refugio S.O.S Animal (El Llanito, Caracas). La experiencia, una vez más sirvió para ayudar no sólo a la institución sino a un gran número de personas que dedican gran parte (no de su tiempo, sino) de su vida a brindar a los animales abandonados una mejor existencia.
El operativo se desarrolló bajo completa normalidad y dio resultados bastante satisfactorios en números (adopciones y donaciones).
Pero lo que me trae a escribir estas líneas es una anécdota de esas que se dan tan pocas veces y una vez que ocurren, las contamos y volvemos a contar porque aunque increíble parezcan son completamente ciertas. YO ESTUVE ALLÍ, NO ME LO CONTARON van a decir muchísimas personas con el tiempo y seguirá habiendo gente escéptica ante la historia.
Una perrita (mestiza, por supuesto) de ascendencia chow chow a la que llamaban Roxie, estuvo tranquila durante toda la jornada. Muchos la veían pero, por aquello de que supuestamente la raza es agresiva su adopción no se completaba.
Ya casi al final de la actividad la perra sintió “ganas” y pedía el paseo, por lo que la amiga Yolimar Quintero tomó su correa y le dio el ejercicio y tiempo para evacuar. Ya casi terminando la caminata y devolviéndose al lugar donde estaba inicialmente, se acercó una pareja de madre e hijo y la perra comenzó a ladrar, a brincar y hasta se orinó de la emoción.
Le saltó al muchacho (brincó como un metro) y empezó a lamerlo amorosamente como nunca en mi vida he visto. El chico anonadado le respondía el cariño y dijo “yo tenía una perrita como esta y se me perdió”.
Comenzamos las indagaciones:
- ¿hace cuánto se te perdió?
- Como 3 meses, dijo el chico
- ¿dónde vives?
- En Palo Verde
- ¿Cómo se llamaba la cachorra?
- Le decíamos Zuly
El chico se alejó unos metros y dijo “Zuly” y la perra volvió a saltarle encima.
Viendo la ficha de la perra en el refugio decía; encontrada en la zona de Palo Verde, hace 2 meses y medio. No había duda era de ellos. Pero lo más increíble de la historia es que estas personas ya cansados de buscar a la perrita, decidieron acudir al operativo a darle casa a otro animal que necesitase atención.
Hay otros casos que podríamos sacar a acotación, como por ejemplo que esa fue la última perra seleccionada en el refugio para llevarla a la jornada y estuvo a punto de no asistir, o que le gruñó al chofer que la iba a llevar y éste le dijo “otra como esta y te quedas”, pero lo que quiero resaltar del hecho es que afortunadamente no se cumplió la ley.
Y me dirán ¿estás loco, Roger? ¿cómo que no se cumplió la ley? , pues la Ley de Protección de la Fauna Libre y en Cautiverio que se promulgó el 4 de enero de este año.
Según el artículo 30 de tan discutido texto, todo animal que entra a un refugio y no es reclamado a los TRES DÍA HÁBILES está a disposición para ser adoptado o sacrificado, incluso pudo ser otorgado para experimentación.
Me siento complacido de estar escribiendo una historia que terminó bien, pero me preocupo ahora de aquellas que no vemos y sabemos que su conclusión es totalmente opuesta a un final feliz.